Samuel Martínez Andrade

Novelistika, 2014 (http://novelistik.com/ylalunalucialuminosa)

Edición del autor.

¡ATENCIÓN!

¡DAME TODA LA ATENCIÓN QUE PUEDAS!

¡TE LO DIGO EN SERIO!

¡ATENTO!

Porque te voy a revelar mi alma.1

Es la primera advertencia que Samuel lanza; luego cumple y se revela. Y la Luna Lucía Luminosa es la primera novela de este joven escritor, cuya fuerza radica en imponer su ritmo. Escribe aceleradamente cada palabra, estilo que se discute borrosamente entre la genialidad, o el descuido.

El hecho es simple, la historia densa:

1 de abril

Mila, lo que sucedió, lo que está sucediendo, es que Sofía está desaparecida. Ese es el hecho. Desde hace una semana desapareció.2

La hermana de Roel, narrador y protagonista, desaparece. Él la busca; comienza en un hotel de Coyoacán y viaja en carretera hasta Chiapas, Oaxaca y Querétaro. Así es como por una semana Roel pretende encontrar a su hermana, cuando quizás él mismo es quien está perdido y desorientado.

En gran parte de la novela se lee el estado interno de Roel; el discurso es excesivamente caótico y se presenta en forma de memorias arrojadas. En este caso, son los días en desorden los que articulan la obra. Días desordenados, como las emociones que atormentan al protagonista. El uso de drogas acompaña el latente estado de confusión en cada entrada; que, a su vez, el autor contrasta al describir minuciosamente lugares bastante conocidos para quien haya visitado la Ciudad de México.

¿Dónde está Sofía? Es la pregunta que se perpetúa en el resto de las páginas y que en realidad nunca se contesta. Sofía, una joven estudiante que desaparece sin más explicación que la que se haya en su cuaderno de dibujo: “no quisiera dejarte Roel….” Anticipa la misma Sofía que todos buscan y encuentran en sueños, pero cuya identidad no se revela.

Pasan las páginas y Roel se estanca en su mundo; se pierde al intentar encontrar a su hermana. Sofía se convierte en el rostro que todos vemos, pero no reconocemos: ignoramos. ¿Desde cuándo estuvo perdida? ¿Quién debía encontrarla? ¿Cuándo se perdió? Son preguntas que continúan irresueltas y cuya respuesta nadie conocerá, porque ella ya no está.

Definitivamente, es una novela que resulta incómoda y pesada, pues la violencia desborda las páginas; arroja al lector un pedazo de realidad y por lo mismo se termina de leer con la garganta seca. El ritmo con el que se desarrolla la obra es por momentos cansado y desgastante, ya que en ocasiones se abusa del lenguaje para manifestar el coraje y miedo que sofoca al protagonista.

Los personajes no terminan por definirse. Encuentro dos lecturas: la primera es que se alcanza el propósito de la obra al retratar personajes que aún no se conocen ni a sí mismos, la segunda, el abuso de emoción opaca la construcción el discurso. Lo mismo sucede con los diálogos: aparecen y desaparecen de repente. De cualquier forma, es mediante el desorden que la novela alcanza a distinguirse: expone hartazgo y desesperación, adelgaza la línea entre la historia y la coyuntura de cada día, pues Samuel expresa el dolor que acompaña su pérdida a cada momento. Lo que se narra, pasó, hace un par de años, en el México que hoy vivimos.

Y la Luna Lucía Luminosa advierte la anomia social que nos rodea al construir la voz narrativa desde la exacerbada violencia y frustración del autor: escribe desde su propia experiencia. La obra, más que la desaparición de Sofía, presenta el constante sentimiento de soledad que atormenta a Roel. Sexo, muerte e impotencia se entretejen a lo largo de la novela; esta es una obra que se habla desde la destrucción y el cansancio. Este es un libro ensangrentado que sumerge en desorden y ahoga de impotencia. Refleja un género de escritores que intentan “expresar eso que los devora.”3 Al final, la luna Lucía luminosa y Sofía Lucía un hermoso vestido rojo.

 

1 Martínez Andrade, Samuel Y la Luna Lucía Luminosa, Novelistika, 2014, p. 1

2 Íbidem, p. 63

3 Íbidem, p. 178